domingo, 24 de noviembre de 2019

MAX ERNST

Max Ernst

La invención e iniciación del collage  en la pintura ha sido el resultado de un tratamiento para la eliminación de efectos de información manipulada, falsa o negativa que se encontraba en la época, dejando un poco de lado la participación total de la pasta y el pincel en la obra.
Cabe resaltar que al cubismo se le atribuye totalmente el hecho de que ellos fueron los primeros en conquistar y trabajar en esta técnica. El que aparentemente fue el inventor y el que lo provocó fue Georges Braque, pintor y escultor francés que junto a Pablo Picasso fue uno de los iniciadores del cubismo cuando en 1911, por primera vez, en uno de sus cuadros ubicó unos caracteres tipográficos dando así inicio a esta nueva técnica.
Pablo Picasso, emocionado, luego de que Braque le enseñara esta nueva obra, encontró allí que se podrían crear realidades diversas, alterando todas las nociones preconcebidas en la vida del espectador. Así que con esto Picasso empezó a crear sus nuevos experimentos.






Luego Juan Gris, pintor español y uno de los maestros del cubismo en París, se acercó a esta nueva modalidad del collage. En 1914 su trabajo se distingue por incluir tal concepto, con excepción de que no utilizaba el papel en rectángulo u otras formas elementales sino que los aplicaba a sus pinturas como tal y no a dibujo cortando minuciosamente fragmentos de papeles que entrecruzaba a modo de rompecabezas en forma de dientes de sierra.
En el futurismo y en especial en el manifiesto de la escultura se empieza a justificar la práctica del collage incluso antes de su misma aparición. Umberto Boccioni, pintor de la época del postimpresionismo, en 1909 se adhiere al movimiento futurista y en 1910 elabora en conjunto con otros pintores el manifiesto futurista de la pintura en el que afirma que el arte hasta ese momento había sido “estúpidamente tradicional”, siendo así guía del grupo de los futuristas, que buscaban el dinamismo en las formas, la fugacidad y la ruptura con la materialidad tradicional. En 1912 saca a la luz el manifiesto por la escultura futurista, intentando prolongar tres dimensiones de la escultura, sus ideas sobre la pintura. En este manifiesto se forjan algunas de las ideas que continuaran en la escultura del futuro: utilización de variedad de materiales e inclusión del espacio dentro de la obra.
En el collage vemos claramente que fue Boccioni quien, alzándose contra los viejos materiales (el bronce y el mármol), incitaba a los jóvenes artistas a servirse de todos los materiales de uso cotidiano para plasmar en sus obras un indispensable carácter de actualidad.
Y, llegando a la parte principal de esta investigación, llegamos a las invenciones y técnicas del surrealismo que inició con La interpretación de los sueños de Freud en 1901, las ideas allí plasmadas se fueron forjando en el imaginario filosófico y artístico del momento que, una vez  cultivada esta teoría, se apresuraron a describir, dibujar, pintar o modelar ese mundo fuera del ámbito de la conciencia.
Las características de este movimiento en gran parte abordaron: • Nació como un movimiento literario que acabó invadiendo la escultura, el cine y sobre todo la pintura. • Se considera que la verdad está detrás del mundo real. • Los sueños, los mitos, las visiones, lo maravilloso es admitido. A través de la fantasía se podía acceder a todo lo que permanecía oculto. • El automatismo, el psicoanálisis y la brujería adquieren un papel dominante. • Se reniega de la moral y los protocolos sociales por considerarse que coartan la libertad que lleva a esa verdad oculta. • El surrealismo se presenta como revolucionario que, al poner de manifiesto lo desconocido, pretende derrumbar los cimientos establecidos de la sociedad.
Max Ernst, artista Alemán, nacionalizado en Francia, se caracterizó por una gran cantidad de técnicas, estilos y materiales. Siendo uno de los que más acuñó la técnica del collage.
El frottage – técnica que consiste en frotar un lápiz sobre una hoja colocada sobre un objeto, consiguiendo una forma y textura  de ese objeto -, el grattage – la pintura se desprende de la tela mediante desgarrones, creando una especial textura con efecto de relieve o tercera dimensión – y la decalcomanía – que consiste en aplicar imágenes sobre un papel, el cual se coloca encima de otra hoja sobre la que se ejrce una lijera presión, se depega antes de que se seque -, fueron técnicas de experimentación realizadas por Max para crear obras de carácter irracional de las que se puede apreciar el interés por los mitos y las teorías Freudianas.
Gracias al trabajo del pintor Giorgio Chirico, pintor italiano, dedicado a la pintura metafísica y basado en la representación de espacios urbanos en los que la presencia urbana suele estar ausente, fue el detonante del nuevo rumbo que acogió Max en sus obras hacia la década de los años 20, que se manifestó en collages.

ALGUNAS DE LAS OBRAS DE MAX ERNST






“Dos niños amenazados por un ruiseñor” (óleo sobre tabla y collage, 70×57 CM. MOMA, New York)
Parte de sus primeros collages del que se dieron dos posibles referencias: la muerte de su hermana en 1897 y una alucinación en la que recordó que la veta de la madera de un panel cerca de su cama sugería el ojo, la nariz, la abeza de un ave, como un ruiseñor amenazante.
Combina superficies planas pintadas con objetos superpuestos, algunos con volúmenes “ una puerta roja colocada en la superficie pintada se abre a una escena pastoral aparentemente dominada por el cielo azul. Una figura femenina blande un cuchillo pequeño, como si esquivando al ruiseñor sin pretenciones a la izquierda; otro cae cojo en un desmayo; un hobre que se enciende encima llega a un tercio de la cubierta, con la mano extendida para agarrar el pomo fijado al marco.
Esta combinación de elementos, planas y volumétricas, extiende la técnica del collage.

Una semana o la bondad de los siete elementos capitales.Volumen IV de una novela en serie de cinco volúmenes 1934. (Collages ejecutado 1933-1934).
Utilizaba la impresión como un medio para ir más allá de la pintura. Entre 1912 y 1974, hizo más de quinientas litografías, grabados y cortes de linóleo, muchos de los cuales aparecieron en ilustraciones de libros.
Este fue su primer proyecto principal de impresión de Max del cual rindió homenaje al imaginario de Giorgio de Chirico. Dibujó elementos extraidos de anuncios comunes impresa sobre una piedra litográfica utilizando una línea menos mecánica.
Tras explorar la práctica de muchos pintores y poetas que indagaban el inconsciente como fuente de su arte, Max experimentó con el proceso de Frottagge-calcos hecha a base de la textura de superficies y objetos. Los patrones y las texturas generadas por dichos calcos fueron el punto de partida para sus imágenes.
Estos cinco volúmenes ilustrados evocan la violencia erotica y la intriga, así como el humor.
Incorporó una técnica fundamentalpara sus experimentos en la elaboración de “novela collage”.  Creó una serie de collage con imágenes extraidas de las novelas del siglo XIX y principios del siglo XX, revistas científicas, y las revistas de la historia natural y los colocó en una secuencia como páginas. Luego estos collages los imprimió en medios fotomecánicos para transformarlos en imágenes continuas tal como lo deseaba.
Los 184 collages de Une semaine de bonté [Una semana de bondad] fueron creados durante el verano de 1933, durante una estancia de Max Ernst en Vigoleno, en el Norte de Italia. El artista se inspira de los grabados sobre madera procedentes de las novelas populares ilustradas, de los diarios de ciencias naturales o también de los catálogos de venta del siglo XIX. Recortando minuciosamente los motivos que le interesan, los monta, llevando su técnica del collage a un nivel de perfección incomparable. Para aquellos que no disponen de las ilustraciones de origen, resulta difícil poder establecer en que partes ha intervenido Max Ernst. Al final, cada collage forma un engranaje, haciendo surgir seres extraordinarios que evolucionan en decorados fascinantes, a mundos visionarios que desafían el entendimiento y el sentido de la realidad.
Las cuatro primeras entregas no tuvieron sin embargo el éxito esperado. Los tres "días" que quedaban fueron pues reunidos en un quinto y último cuaderno. Los libros fueron publicados entre abril y diciembre de 1934, cada uno encuadernado en un color diferente: lila, verde, rojo, azul y amarillo. En la versión final, se han descartado dos obras. De modo que la edición solo tiene 182 collages
En Una semana de bondad, os cuadros y los acontecimientos que se desarrollan a lo largo de las páginas, forman un contraste estridente con el título. Poder, violencia, tortura, asesinato y catástrofes, son sus temas dominantes. Las escenas llenas de agitación y de brutalidad que aparecen en muchos folios han de relacionarse con la situación política alarmante de la época y el incremento de los peligros. Ernst reacciona entonces a la implantación de dictaduras en Europa, a la toma del poder por los nacional socialistas.




A sus preocupaciones contemporáneas se mezclan alegorías, alusiones a la mitología, al Génesis, los cuentos de hadas y las leyendas, pero también fragmentos de sueños y mundos poéticos. La obra también está atravesada por temas muy queridos del autor: la sexualidad, el anticlericalismo, el rechazo de la familia y de la burguesía, el rehúso del patriotismo...
Parece que al final es una determinada forma de sociedad que quiere denunciar Max Ernst. Sus collages irreverentes reflejan el estado de espíritu de estos hombres que habían regreso traumatizados de la Primera Guerra Mundial (él mismo ha servido en la artillería alemana) y que tenían que recuperar su lugar en una sociedad que hace todo su posible por olvidar los horrores del conflicto. Se ampara de las representaciones convencionales, estereotipadas del mal, de la abyección y del sufrimiento que se encuentra en los periódicos, las revistas, las novelas. Pero transformándolos, asociándolos entre ellos, desvía radicalmente estas imágenes de su mensaje original, intensificando su impacto.
Cabe esperar el final de esta compleja serie para asistir a un regreso en dirección de los motivos oníricos y poéticos, lo que se puede comprender como un himno a la libertad, el sueño, la fantasía y la voluptuosidad de la mirada.

Pero al final, en esta novela visual, sin palabras, el espectador sigue dependiente de su única interpretación. Es él que debe reconstruir un acontecimiento, identificar una historia o intentar dar sentido, hasta quedarse sin aliento.
Estructura y división de Una semana de bondad

Los únicos textos presentes en Una semana de bondad son aquellos de los títulos que introducen cada parte. A los días de la semana, Ernst asocia en el encabezado lo que llama un "elemento" – especie de símbolo común a las imágenes que vendrán a continuación -, y un "ejemplo" - figura o tema que se va a repetir en las próximas páginas -. En el único cuaderno únicamente, acompaña los días con citas elegidas de Marcel Schwob, Jean Hans Arp, André Breton, Paul Eluard y demás.

La reutilización de motivos y de accesorios parecidos página tras página en el interior de un mismo capítulo, asegura la cohesión de la obra. Esto posibilitaba una separación visible en párrafos sin texto. Las máscaras (cabeza de león, cabeza de pájaro...), los elementos (agua, dragón, gallo...) identifican los días de la semana. El hecho que a cada cuaderno esté asociado un color proporciona una distinción adicional. Los siete elementos simbólicos introducidos en el encabezado -"El barro", "El agua", "El fuego", "La sangre", "El negro", "La vista" y "Lo desconocido"– constituyen por fin otra manera de estructurar el libro.
Hasta el año pasado, los collages originales de Una semana de bondad, que Max Ernst conservó durante toda su vida, solo fueron mostrados una vez integralmente (excepto cinco planchas, sin duda juzgadas demasiado blasfematorias). Fue en marzo de 1936 en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid, justo antes de que estallara la guerra civil española. Esta exposición es pues una formidable ocasión de devolver a la luz uno de los secretos mejor guardados y una de las obras de mayor relevancia del arte surrealista del siglo XX, en la que se expresa toda la voluntad de Max Ernst de transgredir las categorías constituidas y de abolir las fronteras entre los géneros.


https://www.hoyesarte.com/sin-categoria/los-collages-de-max-ernst_91513/

https://sara1393blog.wordpress.com/2016/04/14/el-collage-en-la-vida-de-max-ernst/

https://www.pinterest.es/damadelaniebla/max-ernst-collages/

http://masdearte.com/max-ernst-un-collage-invisible/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DELIMBO GALLERY SEVILLA

DELIMBO GALLERY SEVILLA Para aquellos que buscan algo más en la ciudad, los que buscan ese rincón artístico singular y diferente, deben ...